(este blog puede matarte)

viernes, 12 de noviembre de 2010

Largos sentimientos, largas consecuencias

De alguna manera toda persona en la ciudad se enteró del accidente de aquella tarde.
El canal de las placas rojas estuvo pasando dos días seguidos imagenes del cuerpo destrozado de Luisa. Incluso fui dado por muerto en algunas noticias.
Se buscó el auto, infructuosamente.. fue como si hubiera sido tragado por el asfalto. A pesar de la cantidad de gente en la calle en aquella hora nadie tomó nota de la matrícula del auto; incluso algunos testigos no se ponian de acuerdo en su color o modelo.
Finalmente, 3 semanas después lo encontraron en una cava a 13 kilómetros de mi casa, completamente desmantelado y carbonizado, pero ni la policia, ni los contactos que había influenciado mi padre pudieron dar con su dueño.
Nicolás Efraín Saucedo.
Ese es el nombre del asesino de Luisa, del asesino de mi monótona vida anterior. Ese es el nombre del tipo que huyó cobarde después de azotarnos impúnemente la existencia.
Si me hubiesen preguntado qué le hubiese dicho si lo tenía cara a cara algún día, no hubiese sabido a ciencia cierta qué responder, quizá una muletilla que usa mi madre frecuentemente: 'Que tengas tiempos interesantes, que encuentres lo que buscas'.. una maldición china, según ella, una estupidez según mi padre.
Ayer, ocurrió.
Ayer mi padre me llamó, para decirme que unos amigos suyos habian encontrado a Saucedo, que fuese a verlo.

Jamás voy a olvidar el día de ayer.

4 comentarios:

La chica de la farmacia dijo...

Muy buena tu entrada.
Espero saber pronto de tu ayer. Quiero saber qué siguió...

Un beso.

Etienne dijo...

No es posible huir de las consecuencias de tus actos, así que cuanto más rápido las enfrentes, mejor.
Lo digo por los dos, por Nicolás y por vos...

La_Go dijo...

Piel de gallina!

Uma Foam dijo...

saucedo,
saucedo,
saucedo.
yo creo que no dormiria hasta ver como reaccionaria.